El amor en pareja evoluciona a cada momento y va adaptándose según las circunstancias que se le presenten. Con la llegada de los hijos se marca un antes y después en la relación y la dinámica entre ambos cambia drásticamente. Sin embargo, eso no significa que el amor se reduzca, al contrario, siempre hay oportunidades de mantener la llama encendida.
Cuando una pareja pasa de ser sólo ellos dos a convertirse en una familia, las prioridades, las preocupaciones y las responsabilidades cambian; y la atención se ve volcada hacia los hijos, por lo que la relación amorosa pasa a segundo plano y en ocasiones se entra en una etapa de crisis en la que no hay diálogo, afecto ni intimidad.
Aunado a ello, si desde el noviazgo o antes de tener hijos, la relación no era lo suficientemente estable y fructífera, un bebé no lo solucionará y la vida en pareja seguirá siendo pobre.
Por lo tanto, resulta importante tener en cuenta que, aunque los hijos son el foco de nuestra atención, la mamá o el papá de éstos es nada más y nada menos que nuestro compañero de vida y también merece interés y momentos de calidad juntos.
Tan sólo imaginemos cuando nuestros hijos crezcan y se vayan de casa. Será el momento de enfrentarnos con nuestra pareja. Y si en todo ese tiempo no se alimentó la relación, nos reencontraremos tan solo como unos desconocidos.
Con base en lo anterior, te dejamos 7 acciones claves para retomar la vida en pareja y seguir tan enamorados como en un principio:
Las preocupaciones, la rutina y los deberes hacia los hijos dejan escaso tiempo para que tú y tu pareja se dediquen el uno al otro; por lo que hay que buscar aquellos espacios por mínimos o insignificantes que parezcan.
Y si no los hay, ¡créalos! Por ejemplo, cuando nuestros hijos están ocupados jugando, aprovecha para abrazar o decirle algo lindo a tu pareja. No te llevará más de un segundo y marcará la diferencia en un día común. También pueden aprovechar la hora de la comida para platicar con toda la tranquilidad del mundo. Simple, pero efectivo.
La intimidad sexual es de vital importancia para el matrimonio puesto que se crea un nivel de comunicación muy profundo y vulnerable que no se tiene en otro tipo de relación. Encontrar por lo menos 3 horas a la semana dedicadas a su vida sexual, reforzará su complicidad, la pasión y el romanticismo.
Y no se trata de calendarizar, sino de tener la intención de alimentar activamente esta parte de su relación y demostrar a través de este acto el amor que aún persiste entre los dos. Además, la intimidad no sólo implica contacto sexual, sino tiempo juntos para redescubrirse, hablar de aspectos positivos y sobre sus proyectos en puerta.
Según una encuesta realizada por la Fundación Británica del Corazón, el 18% de los matrimonios pueden pasar hasta una semana entera sin besarse. Algunos de ellos porque tienen miedo de mostrarse apasionados frente a sus hijos.
¡No caigan en ese porcentaje! Estudios demuestran que cuando somos besados por nuestra pareja, experimentamos cercanía y eso nos hace sentir más íntimos hacia él o ella, y al mismo tiempo, genera emociones positivas. Un beso por la mañana, al despedirnos para ir a trabajar, al llegar a casa o de buenas, noches reafirma el amor que se tienen y revive aquella llama iniciada en el noviazgo desde su primer beso.
Seguro que han escuchado en más de una ocasión que los detalles nunca están de más, y es totalmente cierto. Aunque se trate del matrimonio, no significa que las sorpresas no sean valoradas o sean cosas cursis de adolescentes. Por el contrario, unas flores inesperadas, chocolates, una cartita romántica, o el libro que ella o él te ha mencionado irrepetiblemente que desea leer, representa que tu pareja sigue siendo una constante en tus pensamientos a pesar de la rutina ajetreada de ambos.
Con niños en casa es común que se deje de lado la imagen personal y que ni siquiera se piense en el típico ¿qué me pondré hoy? Y aunque no es lo principal, el amor también es visual y hasta olfativo.
Claro que tu pareja te ama tal cual eres, pero es importante a nivel personal tomar la decisión del cuidado personal, la higiene y la salud, por cuestiones de autoestima. Es decir, si tu pareja invierte en su persona es signo de amor propio, mismo que provocará en ti. Además de que resaltan sus atributos y elevan la atracción que los unió en un principio.
¿O por qué no? ¡Hasta un fin de semana! Planeen con anticipación y dejen sus hijos al cuidado de alguien comprensivo y de su confianza y traten de desconectarse lo más que puedan de los asuntos paternales. Puede ser desde unas horas de spa, una cena romántica, un viaje a un pueblo mágico, un concierto o incluso un maratón de alguna serie. Todo depende de sus gustos y de qué tan preparados se sientan para estar alejados de sus pequeños. Durante este tiempo rememoren su noviazgo sin limitaciones.
La comunicación siempre será el punto básico para una buena relación. No es sólo hablar por hablar, sino aprender a decir las palabras correctas, en el momento preciso y siempre teniendo la empatía por delante. Por ejemplo, al decir: “es que tú nunca ayudas en casa”; estamos culpabilizando y seguramente él o ella lo tomará como un ataque y se defenderá también.
En cambio, si cambiamos la frase a “entiendo que quizás estés muy cansado, pero se me está complicando encargarme de todo”, se trata de una plática sincera, subjetiva, desde lo que uno siente. Es entonces que entra en juego la comprensión hacia el otro y por consiguiente el amor demostrado en apoyo y la búsqueda de soluciones en conjunto.
Fuentes: