Seguramente has visto escenas en la televisión de personas que comen compulsivamente y en exceso, al mismo tiempo que se sienten tristes, ansiosas, deprimidas, etc. Pues bien, si no sabemos manejar nuestras emociones es posible que las enfrentemos de dos maneras, en cuanto a la alimentación se refiere: quitándose el apetito o por medio de atracones.
Si nos enfocamos en la última respuesta estaremos hablando del hambre o atracón emocional. Este desde luego se define como un trastorno alimenticio en el que la comida se convierte en un anestésico para lo que sentimos y que no sabemos enfrentar y resolver, alterando nuestro estado natural.
Este tipo de trastorno le sucede por lo general a personas que como ya dijimos no saben manejar sus emociones, pero también es frecuente en personas que han probado muchas dietas sin resultados positivos o personas muy autoexigentes con su forma de comer, que llegan a un nivel de frustración. Por otra parte, una mala rutina también aumenta las probabilidades del hambre emocional.
En una situación así, estás comiendo sin sentir hambre real, fisiológica; lo haces para eliminar ese "algo" que te está causando estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, tristeza, ira; aunque también puede ser que estés comiendo por mero aburrimiento o por el contrario ante momentos placenteros.
"Al dejarnos llevar por el hambre emocional se produce un aumento de sentimientos negativos, se recurre a la comida como consuelo, luego nos damos cuenta que nos seguimos sintiendo mal por lo que volvemos a comer y de esta manera se forma un círculo vicioso", afirma la psicóloga Grecia de Jesús.
Sobre las consecuencias físicas, entre las más importantes están el sobrepeso y la obesidad (factor de riesgo de múltiples enfermedades como las cardiovasculares y la diabetes, entre otras) así como la posibilidad de sufrir otros trastornos alimentarios como bulimia o anorexia.
Tú puedes darte cuenta si estás comiendo por cuestiones emocionales. Identifícalas por medio de estos puntos:
Comer para aminorar o eliminar sentimientos negativos tiene sus repercusiones tanto físicas como psicológicas, por ello es muy importante que si ya detectamos que estamos comiendo por alguna razón emocional, debemos asistir con un especialista.
Esta situación no es algo que se resuelva en una primera cita. A través de las sesiones con un terapeuta se va a ir buscando el origen del problema y luego por medio una serie de herramientas adecuadas se va logrando que la persona se explaye y se abra con sinceridad.
Este es un proceso que conlleva tiempo y continuidad, ya que es un patrón que se ha repetido varias veces en la conducta de la persona y que sólo "con objetividad y voluntad", se puede superar.
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