| 01 | Aquel día, habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, a fin de lavar el pecado y la impureza. |
| 02 | Aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos- yo extirparé del país el nombre de los ídolos y no se los volverá a mencionar; de la misma manera, expulsaré de esta tierra a los profetas y el espíritu de impureza. |
| 03 | Y sucederá que si alguien profetiza todavía, su padre y su madre que lo engendraron le dirán: «¡Tú no vivirás, porque has dicho una mentira en nombre del Señor!». Y su padre y su madre, que lo engendraron, lo traspasarán mientras profetiza. |
| 04 | Aquel día, los profetas se avergonzarán cada uno de su visión, mientras estén profetizando, y no se pondrán más el manto de pelos para engañar. |
| 05 | Cada uno dirá: «Yo no soy profeta, yo soy un hombre que cultiva la tierra, porque la tierra es mi ocupación desde mi juventud». |
| 06 | Y si se le pregunta: «¿Qué son esas heridas en tu pecho?», él responderá: «Las he recibido en la casa de mis amigos». |
| 07 | Despierta, espada, contra mi pastor y contra el hombre que me acompaña! -oráculo del Señor de los ejércitos-. Hiere al pastor y que se dispersen las ovejas, y yo volveré mi mano contra los pequeños. |
| 08 | Entonces, en todo el país -oráculo del Señor- dos tercios serán exterminados, perecerán y sólo un tercio quedará en él. |
| 09 | Yo haré pasar ese tercio por el fuego, y los purificaré como se purifica la plata, los probaré como se prueba el oro. El invocará mi Nombre, y yo lo escucharé; yo diré: «¡Este es mi Pueblo!» y él dirá: «¡El Señor es mi Dios!». |
