Alma de maniquí

Me-siento-triste pide su entrada,
Me-siento-triste se exige sentir,
mas la razón manda:
Me-siento-triste no sirve de nada,
Me-siento-triste no debe vivir.

Me-siento-rechazado quiere el honor,
Me-siento-rechazado se exige sentir,
Y entonces habla la razón:
Me-siento-rechazado es un perdedor,
Me-siento-rechazado no debe existir.

Me-siento-solo exige sentirse,
Me-siento-solo quiere quedarse,
La razón habla de ironía:
un sentimiento debe compartirse,
Me-siento-solo no tiene a quien darse,
Me-siento-solo debe marcharse.

Hasta Quisiera-llamar-la-atención se hace presente,
Quisiera-llamar-la-atención alza la mano,
Todos gritan, "No permitas su salida,
ya sabes que te espera: herida tras herida".

El-innombrable brinca y grita,
El-innombrable no se calla,
Pero la razón lo sabe:
Si El-innombrable habita
ya no habrá otra batalla.

Tengo-miedo no debe vivir,
Me-siento-impotente no debe vivir,
Todo-es-injusto no debe vivir,
Hay muchos sentimientos que no deben vivir.

La voluntad grita
¿Dónde estás Me-siento-alegre?
¿Dónde estás Me-siento-en-paz?
¿Dónde estás Me-siento-amado?
Y la razón le contesta:
No cuentas con ellos, te han sido arrebatados.

Los sentimientos presentes no deben vivir,
A los sentimientos ausentes no los dejan venir,
El alma existe, pero no siente ni vive,
Parece que el alma es un alma de maniquí