El Síndrome de Estocolmo es aquel que suele atribuirse a aquellas víctimas de secuestro que acaban compartiendo y justificando las causas que lleva a los secuestradores a dicho comportamiento.
En lugar de sentirse como una víctima, se acaba desarrollando empatía y cierto apego. Trasladándolo al entorno laboral podría decirse que surge cuando el empleado se aferra a permanecer en un empleo donde el ambiente es hostil. A diferencia del síndrome clásico, aquí la víctima no es forzada a estar en algún lugar, sino que lo hace por su propia voluntad.
Puede parecer sorprendente, pero hay personas que, pese a ser tratadas muy inhumanamente en su puesto de trabajo, no quieren dejarlo. Conozcamos un poco más del Síndrome de Estocolmo laboral.
Como se ejemplificó anteriormente, es una condición que se da cuando el trabajador se identifica fuertemente con su trabajo o la empresa, pese a que ese mismo entorno es el lugar en donde sufre grave maltrato.
El ambiente puede ser sumamente estresante, tener relaciones disfuncionales con su jefe y compañeros y tener un sueldo inaceptable. Además, la persona puede ser víctima de maltrato psicológico e, incluso, físico, pero aun así sigue sintiéndose identificado con la empresa.
Esta identificación puede ser tan patológica que la víctima justifica y consiente los malos tratos recibidos por sus superiores y compañeros. Esto regularmente sucede porque la persona toleró los malos tratos al poco de empezar a trabajar ahí, por lo que ya los ha interiorizado y normalizado.
A base de recibir maltrato psicológico constante, la persona siente que no vale para nada, teniendo su autoestima por los suelos y sintiendo que se merece ser tratado así.
Este tipo de comportamientos suele aparecer en equipos y empresas con modelos de liderazgo muy jerarquizados donde se prima el beneficio de la empresa sobre la salud y el bienestar de los trabajadores. La persona que abusa de su posición frente a sus subalternos no encuentra límites en su hostigamiento y éste va en aumento.
Aunque este síndrome no está reconocido por el DSM-5 como un criterio diagnóstico, sí que se pueden identificar una serie de síntomas o características presentes en las personas que sufren “mobbing” laboral pero que no quieren abandonar su trabajo.
Estos síntomas podemos encontrarlos a cualquier edad, en cualquier nivel educativo y en cualquier tipo de trabajador. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
Cómo saber si alguien está sufriendo síndrome de Estocolmo laboral
Los psicólogos expertos en este tipo de comportamiento apuntan que las personas que sufren síndrome de Estocolmo laboral suelen encontrarse con una autoestima baja.
Normalmente, tienen una alta dependencia de los demás y serias dificultades para tomar decisiones por sí mismos, además de una escasa motivación. Por este motivo, generan un miedo desproporcionado a perder el trabajo, no ser capaces de encontrar y ser competentes en otro. Además, piensan que tampoco lo merecen.
A diario hacen grandes esfuerzos por demostrar que están a la altura y minimizan la explotación y el maltrato al que están sometidos. Se vuelcan en el trabajo porque piensan que no lo merecen y que serán despedidos al mínimo error que cometan. Viven aterrorizados mientras adulan a la persona que les maltrata.
Entran en un estado tal de falta de perspectiva que, aunque experimentan altos niveles de estrés y dolencias tanto físicas como emocionales por esta causa piensan que pueden manejar la situación.
El Síndrome de Estocolmo laboral trae consigo una serie de consecuencias sino se trata y elimina a tiempo.
La persona poco a poco irá perdiendo la seguridad y confianza en sí misma. Se sentirá cada vez más limitada y con menos capacidades de las que realmente posee, de manera que no será capaz de defenderse y mucho menos se atreverá a cambiar de empleo, lo que traerá para ella grandes consecuencias para su bienestar emocional, físico, económico, etc.
Una persona que no se siente a gusto en su trabajo, se sentirá sumamente frustrada no únicamente estando en él, sino también en otras áreas de su vida, lo que no le permitirá sentirse plena y realizada.
Después de un tiempo, la persona puede comenzar a padecer uno o varios trastornos psicológicos siendo los más comunes la depresión y la ansiedad. Incluso también es muy frecuente que la persona presente algún tipo de enfermedad física como, por ejemplo, enfermedades relacionadas con el estrés.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta es que la persona desarrolla con el tiempo un síndrome de indefensión aprendida, en el se acostumbra tanto a ser manipulada y maltratada que cree realmente que no tiene otra salida, que no puede hacer nada para defenderse y de alguna manera se adapta a seguir viviendo así.
Una relación laboral no es una relación de igual a igual por lo que lograr que ese vínculo sea saludable no es tarea fácil. Entran en juego las relaciones de poder y el miedo al despido.
Para que una persona pueda enfrentar y recuperarse del Síndrome de Estocolmo Laboral y las distintas situaciones de maltrato a las que está expuesta en la empresa, es necesario que tome en cuenta los siguientes consejos:
Toma consciencia de que estás siendo maltratado(a)
Es necesario que identifiques y reconozcas que en la empresa en donde trabajas estás siendo maltratado(a).
El maltrato puede ir desde insultos, gritos, burlas constantes, menosprecio, no estar recibiendo el salario correspondiente, no contar con todas las prestaciones establecidas por la ley y trabajar muchas más horas de lo acordado, maltrato físico, entre otros.
Hay que identificar cuáles son las situaciones por las que se está atravesando, ser objetivo y consciente de los derechos que tienes como trabajador y, sobre todo, como persona.
Reconoce las consecuencias provocadas por sufrir este síndrome
Aprender a identificar cada una de las consecuencias psicológicas y/o físicas que nos ha ido generando el estar recibiendo continuamente malos tratos en la empresa. Para encontrarlas, más fácilmente nos podemos basar en el apartado anterior y reconocer si algo de ello está ocurriendo en nosotros mismos.
Alivia las consecuencias producidas por el maltrato laboral
Una vez identificadas las consecuencias es necesario comenzar a trabajar para eliminarlas y recuperarnos de ellas.
Por ejemplo, si una de ellas es insomnio constante y/o problemas estomacales producidos por el estrés, es aconsejable acudir al médico y al psicólogo, quienes te darán el tratamiento adecuado según tu caso.
Establece límites o cambiar de empleo
Es sumamente necesario que la persona que está siendo maltratada comience a establecer límites personales.
Para ello, primero se tienen que identificar cuáles son los derechos que tenemos todos por el solo hecho de ser personas, después de eso, hay que reconocer los propios límites y a partir de ahí comenzar a hacerlos valer y a respetarlos.
En caso de que se decida continuar en la empresa, la persona tiene que comenzar a autoimponerse a los que la están maltratando, ya que es una manera de hacerse respetar e ir frenando poco a poco el maltrato. Sin embargo, no siempre la situación puede cambiar y si eso ocurre, es necesario comenzar a buscar otro empleo en donde la persona reciba el respeto y la validación que se merece.
Consulta con otros profesionales
Siempre que se tengan dudas o se busque encontrar soluciones específicas al problema, se puede consultar con un especialista que puede asesorar a la persona según su caso.
Algunos profesionales que pueden cumplir con esta función son especialistas en recursos humanos, psicólogos, representantes sindicales e incluso abogados.
FUENTES: